Navegando el Laberinto Creativo: De la Incertidumbre Inicial a la Procrastinación

César
Rolón
3/7/2024

¿Experimentaste alguna vez la tentación de procrastinar y posponer el proceso de inicio?

Si es así, no estás solo. La procrastinación es un fenómeno común que afecta a muchas personas en el ámbito laboral, especialmente cuando se trata de enfrentar el desafío inicial de un nuevo proyecto.

¿Pero cómo caminamos hacia el camino en donde deberíamos de ir? Déjame contarte una historia.

Hace algunos años, me asignaron un nuevo proyecto, siendo esta mi segunda experiencia en un proyecto de código abierto. El desafío que se presentaba despertó mi interés de inmediato.

Sin embargo, enfrentaba un obstáculo significativo: una diferencia horaria de aproximadamente 10 horas con respecto a mi equipo. Este factor no solo pondría a prueba mis habilidades técnicas, sino también mis habilidades interpersonales. Imagina escribir un mensaje poco claro a alguien con 10 horas de diferencia; podría llevar días resolver malentendidos. A pesar de estos desafíos, estaba emocionado.

En resumen, el proyecto resultó ser una experiencia increíble. Aprendí muchísimo, disfruté trabajando en él y conocí a personas extraordinarias a las que aprecié mucho. Sentía cierta envidia positiva por este proyecto, ya que consideraba que había dejado una huella significativa en él, marcando mi propio camino de aprendizaje y progreso durante ese año.

Como todas las cosas en la vida, este proyecto llegó a su fin para mí.

Así que, ¡sorpresa!

Me anunciaron que comenzaría en un nuevo proyecto al mes siguiente. ¿La razón? No había una explicación clara, simplemente necesitaban a alguien para el nuevo proyecto y creían que encajaba con lo que buscaban. Inicié este nuevo proyecto sin demasiado entusiasmo, ya que ni yo sabía de qué se trataba ni tenían tareas específicas para asignarme.

El proceso de integración resultó ser tedioso: leer y leer documentación. Pero, ¿adivinen qué? Pasaba 5 minutos leyendo y luego me perdía mirando el cielo otros 5 minutos. La falta de tareas definidas me aburría considerablemente; un mes transcurrió y ni siquiera había tocado una línea de código.

Experimenté frustración, aburrimiento y la incapacidad de trazar una ruta clara para mi trabajo. Fue entonces cuando me di cuenta de que estaba inmerso en una etapa de procrastinación.

El Engañoso Abismo de la Procrastinación

Este desconcierto inicial, lejos de ser simplemente una etapa transitoria, puede convertirse en un terreno fértil para la procrastinación. La mente, abrumada por la magnitud del proyecto, busca refugio en distracciones, pequeñas tareas irrelevantes o, en el peor de los casos, simplemente pospone las tareas iniciales.

Procrastinar NO significa ser perezoso. La procrastinación es un proceso activo: eliges hacer otra cosa en lugar de la tarea que sabes que deberías estar realizando. Por el contrario, la pereza sugiere apatía, inactividad y falta de voluntad para actuar.

De hecho, cuando procrastinamos, solemos trabajar intensamente durante largos periodos justo antes de la fecha límite. Trabajar mucho y duro es lo opuesto a la pereza, por lo que no puede ser la razón detrás de este comportamiento.

Entonces, ¿por qué procrastinamos y, lo que es más importante, qué podemos hacer al respecto?

Realmente no sé a qué dirección ir

Generalmente esa es la respuesta que damos a nuestra mente al enfrentar un nuevo proyecto. Aunque, hay una idea mínima delineada, la abundancia de posibles direcciones para el proyecto nos sume en la indecisión. La falta de claridad sobre la ruta exacta para las tareas nos lleva a considerar posponer el inicio.

En el proceso de abordar este desafío, es crucial reconocer un mito subyacente: la idea errónea de que, sin una comprensión completa desde el inicio, la creación de una hoja de ruta resulta imposible. No obstante, deseo desafiar esta percepción introduciendo una perspectiva más enfocada en las tareas. Realizar acciones específicas, aunque sean imperfectas, es fundamental. En lugar de esperar la perfección desde el principio, concentrémonos en las tareas específicas que nos llevarán a salir de la fase inicial y afrontar el proyecto con enfoque.

Lo que he aprendido es que el movimiento en sí mismo genera claridad y fortaleza.

¿Cómo logré salir de la etapa de incertidumbre y procrastinación? Bien. Dejaré algunos puntos que me sirvieron.

Adapta tu entorno

¿Cómo podrías concentrarte en un lugar en donde tienes muchas distracciones? O en un lugar en donde ni siquiera tienes espacio para mover las piernas.

Para evitar procrastinar y centrarte en lo que has decidido hacer, necesitas eliminar todas las distracciones posibles de tu entorno de trabajo, tanto físicas como digitales.

Podrías desactivar tus notificaciones y alertas de todos tus medios de comunicación.

Y si tu lugar de trabajo luce desagradable para ti, porque hay mucho desorden o un espacio con mucho “ruido”, dedica un tiempo para limpiar y dejarlo como te gustaría.

Reduce el número de decisiones que tienes que tomar a lo largo del día.

Cada decisión que tomamos tiene una consecuencia energética. Si te levantas por la mañana y tienes que preguntarte: "¿Qué tengo que hacer hoy?", pues estás a punto de procrastinar la tarea de hoy. Si afrontas cada nuevo día sin haber pensado de antemano cómo quieres que sea, entonces malgastarás gran parte de tu energía pensando en qué hacer y qué no hacer.

A veces, en medio de lo importante, si no tenemos definido las tareas diarias podemos recordar “Oh, olvidé buscar esta información para mi madre”, que luego se convierte en una búsqueda en Google “¿qué habrá pasado con el divorcio de Johnny Depp?” para terminar viendo “American ninja warrior” en Youtube.

El problema es que las preguntas nos obligan a responder con respuestas, que nos obligan a tomar decisiones... Esto agota tu autocontrol y te cansa, lo que te lleva a procrastinar lo que más importa en tu vida.

El consejo nº 1 para evitar la procrastinación es reducir el número de decisiones que tienes que tomar durante un día determinado, tomando esas decisiones con antelación y/o creando hábitos en torno a ciertas áreas de tu vida para aumentar tu eficacia y evitar que agotes tu energía pensando si hacerlas o no.

Elije tus tareas personales para hacer el día siguiente.

Ejemplos.

Buscar información para mi madre

Decidir qué día a la semana iré a hacer ejercicio.

Elige lo más importante que tienes que hacer mañana y programa el tiempo para hacerlo.

Son sólo algunos ejemplos sencillos, pero lo más importante suelen ser las cosas sencillas. ¿Qué ejemplos se te ocurren para reducir el número de decisiones que tomas en tu vida? Si lo haces, liberarás la energía que necesitas para centrarte en hacer las cosas importantes y significativas, en lugar de aplazarlas haciendo las cosas pequeñas y sin sentido.

Nothing alternative

El siguiente consejo lo leí en algún blog y me encantó.

"La alternativa de la nada" es un consejo para evitar la procrastinación que acuñó un influyente escritor de novelas policíacas llamado Raymond Chandler. Lo utilizaba para evitar procrastinar en su escritura diaria. Chandler tenía dificultades para sentarse ante el teclado y escribir un número predeterminado de palabras cada día, como algunos escritores de éxito. Así que desarrolló otro método para superar la procrastinación y ponerse manos a la obra: se reservaba cuatro horas cada mañana y se daba un ultimátum: "ESCRIBE O NO HAGAS NADA".

Esa era la filosofía de Chandler, y para él, funcionaba. Las reglas son bastante sencillas:

A) No tienes que escribir ni trabajar en lo que tengas que trabajar.

B) Pero no puedes hacer nada más.

Con estas dos opciones en mente, en algún momento te pondrás a trabajar, ¡aunque sólo sea para no aburrirte! Y aunque tu propio trabajo puede que no sea tan sencillo y esté tan claramente definido como el de Chandler, seguro que puedes beneficiarte de la claridad que aporta reservar tiempo para una de las dos cosas: No hacer nada o centrarte en la ÚNICA cosa más importante.

Para probarlo por ti mismo, determina tu objetivo más importante para mañana por la mañana y reserva 90 minutos de tiempo totalmente ininterrumpido para centrarte en ese objetivo.

Sin correo electrónico. Sin smartphone. Nada de tonterías. Este es tu momento para ponerte las pilas y concentrarte.

Divide tus tareas en pequeñas tareas

No importa qué tareas sean. Just do it!

Identifica las partes más importantes y complejas de una tarea para comprender mejor el alcance del proyecto. A veces, hacer primero las cosas fáciles puede ayudarte a dejar de procrastinar y ponerte manos a la obra con un proyecto.

Una vez identificadas las tareas clave, escríbelas en un papel o utiliza un archivo digital para crear una lista de verificación de los elementos que debes completar. Si notas que te distraes, repasa la lista y elige un elemento para completar antes de volver a detenerte. Tachar elementos de la lista también puede ofrecer una recompensa intrínsecamente motivadora cuando se resiste a la procrastinación.

Por ejemplo en mi caso,

Leer documentación por 10 minutos y hacer un resumen de lo que entendí

Preguntar a X persona si lo que entendí fue correcto

Ignora los consejos (Sí, incluyen los míos). Haz lo que te funcione.

La mayoría de los consejos sobre productividad están escritos por y para personas que hacen cosas. Consejos como "haz una lista" o "empieza por la tarea más importante" son exactamente lo que necesitan los que hacen cosas para ser productivos y no solo para estar ocupados.

La "lista" puede parecer abrumadora o la "tarea más importante" puede parecer demasiado difícil.

A las personas que pensamos demasiado, estos buenos consejos pueden empeorar la situación en lugar de mejorarla. Somos tan adversos a la acción que cualquier pequeño obstáculo puede detenernos, así que encuentra un camino que te resulte fácil.

¿Has oído un consejo que crees que puede funcionar? Pruébalo.

Si funciona, sigue haciéndolo.

Si no, deséchalo y prueba otra cosa.

Conclusión

Seguro estoy de que no soy el único que ha enfrentado esta situación. En proyectos nuevos, especialmente cuando las cosas no están claramente definidas, incluso los plazos de entrega son ambiguos, surge la dificultad de establecer lo esencial para avanzar. ¿Cómo podemos minimizar la procrastinación en tal escenario? ¿He utilizado alguna técnica para superar esta situación? Spoiler: no hay una técnica mágica; simplemente decidir comenzar a hacer algo y trazar una ruta.

La importancia de esa última frase se destaca en mi experiencia: trazar una ruta. ¿Qué significa eso en el contexto de tu proyecto? ¿Qué aspectos necesitas clarificar? ¿Cuáles son tus habilidades y cómo puedes aprovecharlas para el proyecto? Encuentra la metodología que se ajuste a tu personalidad y necesidades, pero comienza. ¡Simplemente hazlo!

¡DESCUBRÍ NUESTROS CURSOS!

Si te interesa desarrollar habilidades digitales que te permitan multiplicar tus oportunidades profesionales, no dudes en explorar nuestros cursos 😊
+ INFORMACIÓN